Ácido Úrico, la hiperuricemia

La hiperuricemia se produce cuando el organismo no es capaz de deshacerse del exceso de ácido úrico. Normalmente, este componente es fácilmente eliminado a través de los riñones, pasando luego por el tracto urinario y es expulsado del cuerpo en forma de orina.

Consecuencias de la hiperuricemia

La hiperuricemia resulta asintomática en muchas ocasiones, pero más adelante, se convierte en una dolorosa enfermedad, causando la acumulación de cristales en las articulaciones o también cálculos renales, y en su estado más avanzado, puede provocar una enfermedad conocida como la gota, donde estos cristales son visibles por debajo de nuestra piel, causando inflamaciones y dolor en las zonas afectadas.

La hiperuricemia llega a causar también otros problemas en nuestro organismo, como insuficiencia renal y piedras en los riñones. Para evitar los síntomas de la hiperuricemia, siempre es recomendable una dieta saludable y balanceada, libre de purinas, ejercicios y evitar el consumo de alcohol.

Tratamientos para la hiperuricemia

Esta enfermedad, al igual que la gota, son enfermedades curables, pero la mayoría de los pacientes que han sufrido de gota, no llegaron a realizarse tratamientos hipouricemiantes, por lo que son propenso a padecer de una segunda crisis gotosa.

El objetivo principal en cualquiera de los métodos, es reducir los niveles de ácido úrico en la sangre y de esta forma, lograr la completa eliminación de los cristales, evitando que puedan formarse nuevos en un futuro. En cuanto a tratamientos farmacológicos, el alopurinol es el tratamiento de elección. La dosis autorizada es de hasta 900 mg al día repartidos en varias tomas, aunque debe ser consultado por un médico especialista.

De igual forma, los pacientes de gota e hiperuricemia, se inclinan casi siempre por los tratamientos naturales, controlando sus dietas y vida saludable.