Chapata, un pan italiano clásico y delicioso

En Italia, la chapata se come de muchas maneras. Las variaciones populares con los italianos consisten en espolvorear una rebanada de pan con aceite de oliva de buena calidad, sumergir las piezas rotas en la pasta o en la salsa para ensaladas, o disfrutar de un panini relleno de salami, mozzarella o jamón de Parma. Las amas de casa y cocineras italianas saben incluso maneras creativas de usar el pan sobrante del día anterior: tostan o a la parrilla las rodajas secas y las sirven con tomates, queso parmesano y albahaca como una jugosa bruschetta o ensalada de pan aromático (panzanella).

Muchas otras naciones han desarrollado durante mucho tiempo el gusto por estas tradiciones culinarias también. Esto se aplica especialmente a Europa, Estados Unidos y Australia, pero la ciabatta también se ha abierto camino en los rangos estándar de supermercados en partes de América Latina, Asia y África. Fresco, congelado o envasado en una atmósfera modificada: la industria del pan ofrece ciabatta en una multitud de formas diferentes.

La palabra chapata, que viene del italiano "ciabatta" significa "zapatilla", una referencia a la forma plana, ancha y alargada del pan.

La receta básica es bastante simple. Los ingredientes principales son harina (Italia: harina tipo 2, primera harina clara con aproximadamente 1% de ceniza o similar), levadura, sal y agua. Pero además de la habilidad del panadero, se necesitan algunos extras para transformar esta simple formulación en una verdadera especialidad: a saber, una masa previa, aceite de oliva y un montón de tiempo.

Se ha demostrado la eficacia de congelar el pan y en el caso de la chapata no iba a ser para menos, es una pena que con lo poco que dura el pan fresco, la chapata se eche a perder si no se come toda, por lo que se recomienda congelarla, como se hace con los alimentos congelados. También se puede comprar directamente congelada, algo a lo que no estamos acostumbrados pero que vale la pena probar con distribuidores pan congelado