ARTE Y CONCIENCIA

La formulación de los comportamientos a través de los cuales debe moverse el arte de nuestro siglo no sólo es exigente, sino sobre todo inútil.
El arte es en gran medida una novedad y una incertidumbre que lo hace impredecible e insensible a los acertijos.
Por otra parte, la galeria de arte de Jesús Zatón nos dice que cada vez es más difícil encontrar una base sólida para definir lo que es el "arte" y lo que ya no es "arte". Las propuestas artísticas del siglo pasado interrumpieron los conceptos antiguos y, por lo tanto, todos los conceptos y definiciones estéticas. En este contexto, recuerdo la definición pragmática que el profesor de historia del arte dio durante sus estudios: "El arte es todo lo que el hombre quiere llamar arte. Así que no hay nada que pueda ser objetivamente llamado arte, porque cada idea, cada objeto, cada acción es susceptible a tal tratamiento.
- y cuando digo "todo" debe ser entendido en el sentido literal - puede ser la base de un enfoque artístico, no es arte, no puede ser tratado como tal, por mucho que algunas personas lo intenten.
Yo abogo por tomar una posición tal que el arte es ante todo un tipo de conocimiento.
En mi opinión, el hombre tiene tres áreas principales de conciencia: la cabeza (aspecto racional), el corazón (aspecto emocional e intuitivo) y la pelvis (aspecto instintivo). Estas tres direcciones de la conciencia se expresan en tres grandes corrientes de conocimiento: ciencia, religión y arte.
En los últimos siglos, la ciencia ha creado modelos para ver y comprender la realidad, incluyendo el cosmos, el microcosmos (exploración del átomo) y la mente humana misma.
La vanguardia del siglo XX, que busca combinar el conocimiento del tiempo con un enfoque artístico, ha transformado las corrientes científicas en pura esteticismo. La combinación de máquina y hombre, la investigación transgénica y, en particular, la popularización del ciberespacio han llevado a pocos artistas a especular sobre los patrones de la realidad espacial y la conciencia misma.
Por otro lado, el arte del siglo XX estaba claramente separado de los corsés y obstáculos de la religión oficial y dogmática y defendía la libertad de todas las normas.
¿Qué tiene todavía por delante el arte del siglo XXI?
La ciencia, la religión y el arte deben crear unidad, crecer y desarrollarse en la misma dirección: Crear conciencia.
La ciencia consiste en analizar y racionalizar el universo y sus componentes, logrando la religión a través de la "intuición" y la "empatía" con todo lo creado, con la armonía que gobierna el universo. Para evitar malentendidos, declaro que cuando hablo de religión, no me refiero a una religión dogmática oficial. La religión proviene del "religare" que conecta al hombre con lo divino, y para ello, en mi opinión, el único requisito previo es el desarrollo de la conciencia.
Por su parte, la obra de arte debe orientarse hacia la "representación" y la "recreación" del universo.
Por supuesto, la "representación" del universo no debe confundirse con un reflejo más o menos fiel de sus aspectos, ya sea a través de la visión normal, un microscopio o un telescopio.
Representar el universo significa captar las leyes por las cuales la materia se organiza en formas a través de la imaginación creadora, y abrir nuevos canales que permitan revelar los aspectos aún invisibles de la Conciencia Universal.
La reconstrucción del universo significa trabajar juntos para expresar la Conciencia Universal misma para manifestar las infinitas posibilidades de la expresión de lo Divino.
Depende del arte y la conciencia de nuestro siglo ser nosotros mismos.
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AUTOR: Galería de Arte
EN: Sociedad