Buey de mar ¿machos o hembras?

El buey de mar es uno de los  crustáceos que está menos valorado, en lo que a calidad de carne se refiere, que otros de su especie como la nécora o el centollo. Pero tiene un punto positivo muy importante, que es su precio. Puedes adquirirlo en cualquier mercado o pescadería por un valor inferior al de sus hermanos.

Otro punto a favor es que, a pesar de que no está considerado como uno de los mejores mariscos, si que es uno de los que más carne tiene. Es un marisco abundante y con gran sabor, estando bajo su caparazón el mayor porcentaje de carne.

¿Cómo sabemos si hemos comprado un macho o una hembra? Existen varias características que te ayudan a distinguir uno del otro. La principal diferencia existe en el abdomen de los machos que tiene una forma triangular y más plana. Por el contrario las hembras, tienen una base más ensanchada y con volumen, lo que hace que sean más grandes y por consiguiente tengan más carne. Por todo ellos en las marisquerías, tienen más demanda las hembras que los machos, ya que al ser mas grandes tiene mas peso y mas carne.

Existen numerosas recetas para cocinar este mariscos, aunque las más popular y la más fácil de preparar es cociendolo. Una vez cocinado, es como todo, cada comensal es un mundo y a cada uno le gusta con un acompañamiento y temperatura diferente. En los restaurantes tienden a aconsejar consumirlo a una temperatura templada, para poder conseguir extraer su mejor sabor.

Es común encontrarse con su carne en las siguientes recetas:

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  Salpicón de marisco

  
  


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  Ensalada de mariscos, acompañada de sabores dulces o cítricos para potenciar su sabor.

  
  


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  Pasteles y puddings de pescado.

  
  


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  En arroces caldosos y risottos ( principalmente si utilizamos el caldo en el que se ha cocido el crustáceo)

  
  

Si quieres hacer disfrutar de una gran receta a tu invitados, debes de seguir los pasos uno a uno. Un plato que a mi parecer es espectacular, es el cilindro de mar. Para poder sacar el mejor sabor del buey  es fundamental conseguir una cocción perfecta ( no más de 15 minutos por kilo, si pesa más se necesitan 10 min extra por cada kilogramo). 

Es importante tener en cuenta el estado del crustáceo a la hora de cocinar. Es aconsejable que si está vivo, a la hora de cocinarlo, se debe introducir en agua fría para evitar que se desprendan sus patas. Por el contrario si está muerto, se debe introducir cuando el agua esté en ebullición. 

Una vez terminada el tiempo de cocción se debe enfriar bruscamente, para evitar que siga cocinándose y así, la carne quede con una mejor textura.