Adolescencia y alimentación: comer en la etapa más difícil.

Adolescencia y alimentación: comer en la etapa más difícil.
A lo largo de nuestra vida nuestra alimentación sufre muchas alteraciones, condicionadas por factores como la familia, nuestros estudios, la situación laboral, la comida que lleve nuestra pareja, nuestro estado de ánimo, la edad…Pero si hay una etapa en la que nuestra alimentación se ve más condicionada que nunca es en la adolescencia.


En esta etapa en la que pasamos de la niñez a la etapa adulta es el momento de descubrir cosas, de probar nuevas experiencias, de hacer lo que hacen los mayores, de rebelarse…Es una etapa maravillosa, pero que a su vez trae mucho sufrimiento. Si todos tuviéramos la experiencia de un adulto con el cuerpo de un joven… Pero es imposible, la vida es así, y debemos adaptarnos a ella, viviendo lo bueno y lo malo de cada época.


Como íbamos diciendo, al llegar a la adolescencia la alimentación sufre grandes cambios, bien por las propias necesidades fisiológicas que nos pide el cuerpo o bien por factores externos, como por ejemplo comer en más ocasiones fuera de casa con nuestros amigos.


Está claro que al llegar la adolescencia todos tenemos una mayor necesidad de comer. Además es una etapa en la que muchos jóvenes practican ejercicio físico, por lo que la cantidad de comida aumenta. Esto no es malo, siempre que ese aumento esté controlado y se ingieran alimentos de forma equilibrada. Hablamos de comer en casa, sentados a la mesa, con platos elaborados pensando en una dieta equilibrada.


El problema suele ser el otro, cuando el adolescente comienza a comer demasiada bollería, chucherías, hamburguesas, pizzas, comida precocinada…A esta edad lo que pide el cuerpo es pasárselo bien con los amigos, y una pizzería o hamburguesería pueden ser dos buenos lugares para juntarse una cuadrilla y divertirse.


Otra situación poco deseable es cuando el adolescente se rebela y pone pegas a la comida que preparan sus padres. Al hablar con sus amigos descubre lo que comen en casa y pueda que sientan interés por esa comida, o valorar más lo que los otros comen.


La actitud de los padres es vital y deben transmitir al adolescente toda la información necesaria para hacerle saber que una buena dieta será beneficiosa para su salud. Y que comer bien en la adolescencia puede ser un punto de partida para estar mejor los próximos años. Y sobre todo, tienen que ser un buen modelo alimenticio para sus hijos, comiendo de forma saludable para que poco a poco el adolescente imite esos patrones en su día a día.


Acudir a la consulta de un nutricionista puede servir de gran ayuda para establecer las pautas necesarias para que los jóvenes lleven una buena alimentación.

FECHA: a las 22:52h (211 Lecturas)

TAGS: alimentacion, dietista, nutricionista, comer bien, adolescencia

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