Este restaurante en la Ciudad de México es ÚNICO
Este restaurante en la Ciudad de México es ÚNICO
Una visión moderna de la cocina mexicana con un sazón exquisito
Soy originario de la Ciudad de México y vivo en Mérida desde hace 25 años. Mis papás se mudaron a Yucatán cuando yo apenas tenía 5 años, así que los sabores que tengo más presentes en mi paladar desde mi infancia son los de esta hermosa y calurosa tierra maya.
¡Amo la comida de México!
Quizá sea precisamente por la complejidad de sabores y aromas de la cocina yucateca que desarrollé mi fascinación por la comida. Al llegar a cualquier pueblito o ciudad, lo primero que hago es probar sus principales platillos, porque creo en verdad que así entiendo mejor su cultura: las civilizaciones que se desarrollaron en ese lugar, sus edificios más emblemáticos, su música… En fin, todo lo que de maravilloso tiene cada destino.
¿Qué tal, “Ciudad de los Palacios”?
El invierno pasado viajé con mi pareja a la Ciudad de México; nos hospedamos en Zócalo Central, un hotel padrísimo que se encuentra justo en el corazón del Centro Histórico de CDMX. Nuestro vuelo llegó tarde, así que apenas llegamos a la habitación, caímos rendidos.
Nos despertamos alrededor del mediodía y recorrimos las instalaciones de nuestro hotel. Cuando apenas estábamos en busca de hoteles y restaurantes con vista al Zócalo de la Ciudad de México, vimos que entre los más recomendados se encuentran Zócalo Central y su restaurante gourmet, Balcón del Zócalo. Así que no lo pensamos mucho y reservamos.
Zócalo Central es un hotel muy elegante, tiene una propuesta de diseño de interiores súper vanguardista, con ciertos detalles arquitectónicos y decorativos que rinden homenaje a la visión clásica que se tiene de la Ciudad de México. Las habitaciones son sobrias y la cama súper cómoda, ¡me encantó que tienen menú de almohadas! Recomendado 100%.
Balcón del Zócalo, ¿el mejor de los restaurantes en el Zócalo de CDMX?
En el sexto piso de Zócalo Central encontramos la vista del Centro Histórico por la que viajamos desde la “Blanca Mérida” hasta la Ciudad de México. Aquí es donde se encuentra Balcón del Zócalo, el restaurante del hotel, que cuenta con una terraza con vista directa a la Catedral Metropolitana y al Zócalo, con Palacio Nacional al fondo. En el corazón de la plaza ves nuestra monumental bandera ondeando por todo lo alto.
Conseguimos mesa porque llamé temprano e hice reservación, así que tan pronto llegamos con la hostess nos asignaron lugar con vista. Como buen yucateco, estuve a punto de ordenar las gyozas de cochinita pibil y xnipec, pero pensé que sería injusto para Zócalo Central estar a la altura de los mercados de mi Mérida adorada. Así que comencé con una deliciosa sopa de tortilla y Julián ordenó tostadas de atún. Ambos pedimos vino de la casa.
Nuestras entradas no solo sabían riquísimas, ¡estaban preciosas! Las tostadas de atún de Julián son a la fecha uno de mis posts con más likes en Instagram. Pedí después pulpo al carbón. Julián, por su cuenta, se despachó (sin convidarme ni tantito) un filete de res con mole de olla.
¡Mi pulpo estuvo fenomenal! Me parece que si los tacos al pastor se hicieran con mariscos en lugar de carne, así de exquisitos deberían saber, y es que mi pulpito venía servido sobre un espejo de salsa verde, acompañado de cebollitas y piña.
De postre pide un pastel de plátano con piña, confía en mí. ¡Es toda una experiencia!
Nuestro veredicto de Balcón del Zócalo
¡Claro que volveremos! La comida estuvo deliciosa, nos atendieron bien y la vista es fantástica. Julián capturó con su cámara unas fotos preciosas del Zócalo; a la fecha, nuestros amigos y conocidos nos siguen elogiando por ellas y siempre nos preguntan desde dónde las tomamos. Solo les decimos a nuestros más cercanos, claro. Balcón del Zócalo es nuestro secreto. A los demás solo les contestamos “en uno de los restaurantes del Zócalo de CDMX, no me acuerdo bien cuál”.
Caminando por el centro con Julián, reflexionamos que el concepto gastronómico de Balcón del Zócalo habla mucho de la personalidad de la Ciudad de México: muchos de sus habitantes vienen de otras partes del país y con ello han aportado sus costumbres y tradiciones a la capital. Aquí todos conviven en un ciclo infinito entre templos prehispánicos, edificios coloniales y modernos desarrollos. Es una ciudad en constante evolución.