Tanatopraxia: El arte de maquillar muertos

Para maquillar un muerto hay que estar especializado en esa área y debemos de realizar un curso de carácter profesional. Es un trabajo que es muy importante, aunque no lo parezca, ya que estarás influyendo enormemente en la última imagen que se llevará la familia del difunto.

Cómo maquillar y preparar difuntos

Para comenzar a maquillar un muerto lo primero que se hace es asearlo, eliminando las impurezas y malos olores. Después se afeitarán las partes del cuerpo que se vean necesarias para reflejar una mejor apariencia y trabajar con una mayor facilidad.

Una vez hecho lo anterior, es el momento de taponar todos los orificios del cadáver y luego se riega el cuerpo con productos hidratantes para conseguir una mejor imagen del cadáver. Una vez hecho esto se aplica una base de maquillaje por el cuerpo, sobre todo en las zonas visibles. Si el deceso ha ocurrido hace bastante tiempo pueden inyectarse productos para recuperar un color de piel más natural.

Una vez que tenemos el cuerpo preparado, llega el momento de maquillarlo. El tanatopractor se encargará de cubrir cualquier imperfección que haya: desde moratones, marcas, rastros de enfermedades… El tanatopractor se encargará de conseguir que la apariencia del fallecido se parezca lo máximo posible a cómo se veía en vida.

El tanatopractor también realiza “técnicas de camuflaje cosmético”, mediante las que tapa lesiones en cualquier parte del cuerpo. El uso de maquillaje no implica que se vea a la persona muy maquillada, ya que realmente se intenta no abusar de estos productos para conseguir la máxima naturalidad en el cuerpo.

 Es importante acudir a una funeraria que ya incluya este servicio y en el que sean expertos, como es el caso de funeraria cambre, ubicada en A Coruña.