EL “NAUFRAGIO” DE LA HOSTELERÍA FORJA NUEVOS “ROBINSONES”

            Estas palabras las he oído esta mañana de boca del hostelero de Basauri Josu Estenaga, que trabaja, junto con sus hijos, en el Bar Anboto.

            Son negocios pequeños, con pocos recursos y apenas capital para mantenerse a flote tras los cañonazos sufridos por las restricciones impuestas por la pandemia. Hay que reinventarse y explotar otras fórmulas de venta que antes ni siquiera podían imaginarse; por eso Josu, al igual que muchos otros, han decidido hacer comida para llevar, aunque ello signifique aumentar los gastos por el embalaje de los pedidos y por las modificaciones en las instalaciones. El Bar Anboto sirve todo su catálogo para llevar, aceptan encargos, con solo llamar al 620 842 444 ya está el pedido en marcha, pero ¿Funcionará este sistema de venta?

El desánimo y la incertidumbre se está apoderando de este sector tan importante, que da trabajo a un número muy elevado de personas, que forma parte de nuestra cultura y atreviéndome a decir más; que es necesario para nuestra salud mental, puesto que en estos locales es donde: Desconectamos de nuestros problemas, reímos, hacemos amigos, nos ponemos al día etc. y ahora, por mucho que se esfuercen personas como Josu hemos perdido la “socialización” que encontrábamos en estos locales.

Ojalá que este naufragio no se cobre más vidas y los Robinsones de la hostelería vean pasar pronto el barco que les saque de la isla y les lleve a la normalidad de siempre.