Ark: Survival Evolved - Sobrevive... si puedes

La supervivencia que plantea el juego es notable desde el momento en que, a través de nuestro personaje, ponemos pies en el suelo por primera vez. No encontramos tutoriales o ayudas que nos indiquen cómo sobrevivir. Todo lo que tenemos es una serie de iconos fácilmente identificables (medidores de hambre, sed, energía o el peso que cargamos) y un instinto con el que actuar. Así los primeros pasos son fácilmente caóticos. Es común acabar en el estómago de una criatura prehistórica si no somos capaces de leer, aún, nuestro entorno. Especialmente si desconocemos los peligros de la noche.

Con un sistema que mantiene nuestro progreso en forma de niveles, será nuestra tarea volver a la vida para aprender. Aprender que podemos recoger bayas del suelo con las que alimentarnos primero. Que, con su enorme esfuerzo, podemos romper árboles con nuestros nudillos. Y que a partir de estos podemos fabricar herramientas básicas como picos (con los que obtener sílex y trabajar en lanzas, hachas) o antorchas para sobrevivir a la oscuridad de la noche. El trabajo en ARK: Survival Evolved evoluciona poco a poco, a medida que el jugador descubre, siguiendo un esquema de prueba y error, cómo funciona su mundo. Una curva de dificultad, por lo tanto, que se ajusta a las necesidades de cada persona y que no suele ser demasiado dura, para cualquier tipo de jugador con simplemente un poco de perseverancia.

Continuaremos mejorando nuestras estadísticas. Un punto esencial del que, cada jugador debe extraer sus propias conclusiones. Aumentar la vitalidad te hará menos propenso a las muertes por ataques de dinosaurios. Pero a veces contar con un contador de sed extendido o más capacidad en la mochila puede ser justo lo que necesitamos.

No solo podremos repartir puntos para mejorar nuestras estadísticas. Sino que además subir de nivel se premia con conocimiento. Así será, de nuevo, nuestra misión elegir cuáles son los conocimientos que debemos obtener. Armas, objetos de utilidad, estructuras para crear un pequeño asentamiento... Las posibilidades son extensas, logrando una importante sensación de libertad. De aventura propia.

Igual que sus posibilidades, el contenido en ARK es muy extenso. El título nos abre puertas a un vasto mundo rico en naturaleza y criaturas que no pone fin a la exploración. Su concepto de libertad nos invita a recorrer poco a poco la prehistoria. Algo que podemos hacer de forma individual, pero que ofrece toneladas más de diversión y buenos momentos si somos partidarios de jugar en servidores online, junto con otros supervivientes.

ARK: Survival Evolved nos insiste e invita a movernos. A descubrir. Es un sistema en el que exploras, mueres y vuelves con la motivación de ir un paso más allá. Un concepto en combinación con sus capacidades y libertades conforman una propuesta especialmente atractiva y absorbente que dice mucho del propio juego.

En conclusión, ARK: Survival Evolved es una experiencia altamente inmersiva y capaz. Su idea principal es clara, permitirnos experimentar un universo donde los titanes prehistóricos caminan por la tierra. Todo esto funciona a la perfección con un mundo imponente, repleto de posibilidades y lugares por explorar. Algo a lo que se suman sus sistemas, la capacidad de personalizar nuestro avance según nuestras necesidades y el concepto de respawn que nos permite volver sobre nuestros pies si cometemos cualquier error.