Cómo tratar el síndrome de la relajación vaginal
El Síndrome de la Relajación Vaginal es una patología que provoca la pérdida de tono, firmeza y elasticidad en las paredes de la vagina. Sufrir el síndrome de la relajación vaginal y no poner remedio puede provocar graves consecuencias en nuestra zona íntima. De hecho, puede generar molestias que nos perjudiquen en nuestro día a día:
Ausencia del placer sexual
Cuando se sufre el síndrome de la relajación vaginal, las relaciones sexuales dejan de ser placenteras y esto provocará que nuestro deseo sexual disminuya. Al aumentar el tamaño de nuestra vagina se pierde sensibilidad y esto comporta que no disfrutemos durante el acto sexual.
Además del problema que nos puede generar con nuestra pareja, este puede ser un motivo por el que nuestra autoestima se vea damnificada.
Pérdidas de orina
La pérdida de tono que sufre la musculatura de la zona puede comportar disfunciones en el suelo pélvico. La consecuencia más usual es la incontinencia urinaria, teniendo pérdidas involuntarias al no poder retener la orina.
Sequedad vaginal
Si el colágeno disminuye también lo hará la mucosa. Y si la mucosa disminuye tendremos problemas de sequedad. La sequedad es una de las patologías más molestas en el día a día, ya que puede provocar incomodidad al llevar ropa ajustada, dolores durante las relaciones sexuales o la aparición de heridas en la zona.
Prolapso vaginal
Al perder tono y firmeza en la musculatura del suelo pélvico podemos experimentar una caída de los órganos pélvicos. Esta distensión provoca lo que se conoce como prolapso, una patología en la que el útero se desliza hacía la vagina y puede llegar a sobresalir de ella.
¿Cómo tratar el síndrome de la relajación vaginal?
Hasta hace relativamente poco, el síndrome de la relajación vaginal se trataba con cirugía, pero en la actualidad el tratamiento más efectivo es el Láser CO2.
El tratamiento para el síndrome de la relajación vaginal consiste en aplicar calor a la zona afectada a través del láser CO2. Gracias a esto se consigue regenerar la mucosa vaginal para devolverle la tonicidad y flexibilidad a la vagina y sin necesidad de pasar por quirófano.