El Centro de Ayuda Cristiano propone frenar el auge de las bandas a través de la prevención

La problemática de las bandas latinas ha aumentado de tal manera, que el número de «asociados» se ha doblado respecto a los datos del 2019 tras el confinamiento. Esto es lo que asegura el II Observatorio de bandas latinas 2021 realizado por el Centro de Ayuda Cristiano, que contabiliza 2.500 pandilleros, solo en la Comunidad de Madrid. Desde hace más de dos años, con el I Observatorio de bandas latinas 2019, el Centro de Ayuda Cristiano ha querido darle visibilidad a este fenómeno y ha insistido que se debe hacer algo desde la raíz. Por esta razón, Alberto Díaz, de la propia institución, ha dispuesto una serie de charlas de prevención en centros educativos, universidades y centros sociales. Para Díaz, «es importante que los jóvenes en edad escolar puedan acceder a esta información para que puedan tener el conocimiento y las herramientas suficientes para huir de cualquier intento de captación y tomar decisiones inteligentes».

En las charlas de prevención se presentan los datos del II Observatorio de bandas latinas, un resumen de los métodos de captación, los territorios «disputados» por las diferentes bandas, sus indumentarias, y las represalias que suelen sufrir los que deciden abandonar. En los mejores casos, las represalias se limitan a un castigo económico. En los peores, el joven es amenazado de muerte junto con sus familiares.

En las charlas también se muestran testimonios de expandilleros que explican con pelos y señales lo fácil que es entrar en una banda y lo difícil que es salir. Una de las expandilleras que acompañan a Alberto Díaz es Jessica, una joven que entró en los Trinitarios a los 14 años de edad tras enamorarse de uno de los cabecillas y que terminó abortando en casa y con comportamientos autolíticos. En el caso de Kevin, él llegó a lo más alto de la estructura jerárquica de los Latin King, pero también pasó por cinco prisiones diferentes por delitos de los que hoy se arrepiente. Los dos jóvenes, ahora completamente insertados gracias al apoyo del Centro de Ayuda Cristiano, intentar convencer a los estudiantes a tomar decisiones inteligentes y a huir de estos círculos. «Hice cosas de las que me arrepiento mucho, pero ahora sé que soy un hombre diferente, por eso lucho para que los jóvenes no caigan en estas redes y para ayudar a los que, como yo, están atrapados dentro de una banda», afirma el expandillero.

Estas iniciativas, aseguran, están dando muchos resultados porque están trabajando directamente con el estudiante, tratándole «de tú a tú» e invitándole a pensar en su propio bien. También se ofrece consejería, totalmente confidencial, y defensa jurídica a aquellos que están dentro de una banda pero tienen problemas para salir. Además, muchos estudiantes que a priori no encajaban con el perfil habitual de pandillero, han confesado que estaban en contacto con las bandas y han pedido ayuda.

Repercusión en los medios de comunicación

Muchos medios de comunicación se han hecho eco de estas charlas informativas y de cómo impactan al joven en edad de captación. También han recogido numerosos testimonios de jóvenes que pasaron de ser delincuentes a ser hombres y mujeres de bien tras recurrir a la ayuda juvenil del Centro de Ayuda Cristiano, tal como se pudo ver en diferentes ocasiones en los platós de las principales cadenas de TV y radio.