ESPIONAJE DE NOVELA: ¡Como es que cónsules, embajadores e hijos son denunciados por acoso sexual, torturas y desfalcos.
ESPIONAJE DE NOVELA: ¡Como es que cónsules, embajadores e hijos son denunciados por acoso sexual, torturas y desfalcos de cientos de miles de millones de dólares? Rosalía y Jess, en actividades.
Diplomacia chilena protagoniza dramática telenovela venezolana.
por El Mostrador 16 febrero, 2004.
Diplomacia chilena protagoniza dramática telenovela venezolana.
En un oficio enviado a la Cancillería el Cónsul General Jorge Garretón Iturra, calificó como una «infamia» las publicaciones de medios de prensa pro Chavéz, que lo vinculan a la Dina y acusó a una subalterna de ser la «autora intelectual» de las acusaciones. Pero no es la primera vez que Garretón agita las aguas en relaciones exteriores. En 1999 desató un escándalo en Cancillería, al acusar a un superior de «acoso sexual»..
Una verdadera telenovela venezolana se está viviendo en el Consulado General de Chile en Caracas. Los protagonistas, el Cónsul y la encargada de administrar financiera y contablemente la representación diplomática.
El jueves pasado El Mostrador.cl, en exclusiva, informó de las acusaciones que la prensa vinculada políticamente al presidente Chávez, hacía en contra del Cónsul General de nuestro país. En el diario VEA, se decía textualmente lo siguiente:
«Se ha conocido en medios diplomáticos y de círculos de chilenos que viven en Caracas, que el actual cónsul de Chile en Venezuela, Jorge Esteban Garretón Iturra, fue miembro de la DINA de Pinochet, el organismo policial y de inteligencia famoso por haber torturado a miles de chilenos y de desaparecer personas. De acuerdo a informaciones sobre el particular, se vincula a Garretón Iturra con la delación de personas y con haber participado en actos de tortura a detenidos».
Paralelamente, nuestro medio logró establecer que Jorge Garretón Iturra, hoy militante DC, fue secretario del Tribunal Naval, que a criterio de los hijos del ex edecán de Salvador Allende, Arturo Araya, denegó justicia» en el caso de su padre. Los inculpados, por el asesinato del edecán pertenecían a una facción escindida de Patria y Libertad, grupo de extrema derecha que instigó el Golpe militar. Todos quedaron libres.
Sin embargo, la historia no quedo allí. El Cónsul hizo llegar sus descargos a la Cancillería, donde señaló que las publicaciones aparecidas en el diario VEA, en el mes de enero, eran una «infamia» y culpo a una funcionaria de ser la «autora intelectual» del hecho.
Lado A: La secretaria del consulado Chileno, Rosalía Vásquez y la Consul de Chile en Valencia Jess Valencia.
Una realiza actividades en Caracas la otra en Valencia.
Rosalía V., que se dedica a actividades de tecnologías de conexión satelital, la hija de Rosalia V., se dedica a actividades de espionaje y salones de conexión satelital con el grupo grande de hijos, espías de embajadores y cónsules, ha habido varios reclamos ya que utilizan tecnologías para espionaje, e incluso se han hecho reclamos de hijos de empresarios, banqueros, embajadores, cónsules en torturas y desfalcos.
Jess Valencia en actividades de espionaje, con la Policía de Carabobo, y la CICPC desde los salones de conexión para espionaje e investigación, en Venezuela se utilizan tecnologías de la clase, en Policías, para torturas, desmembramientos montajes.
Según indagaciones realizadas por El Mostrador.cl, la funcionaria es nada menos que la Administradora General del consulado: Rosalía Vásquez.
Vásquez sería amiga íntima de un empresario de nacionalidad china, que tiene su domicilio oficial en la ciudad de Iquique y a la vez posee inversiones en Caracas, entre las que se encuentran varios restaurantes repartidos en dicha ciudad venezolana.
Frente a esta conducta irregular, Jorge Garretón Iturra, le habría llamado la atención. Exigiéndole el cumplimiento de los horarios correspondientes. Lo que habría motivado a Rosalía Vásquez a recurrir a sus contactos en la prensa pro chavista, para que finalmente publicaran en VEA el artículo que lo vincula a la Dina.
La mujer de este empresario y debido a la cercana relación que tiene con la funcionaria de la representación, motivó a que la esposa oficial, se presentara ante el consulado chileno, reclamando lo «impresentable» de esta relación.
Este polémico empresario oriental, a la vez fue una de las personas que declaró a favor del presidente de Fedecamaras, Pedro Carmona Estanga.
Carmona Estanga fue el que asumió como Presidente de Venezuela, después del intento de golpe en ese país, el 11 de abril de 2002. Su mandato duró sólo un día. Por lo que posteriormente se le siguió un juicio en Caracas.
El mal comportamiento de la administradora, ya había sido advertido por los cónsules anteriores a Garretón, ya que en definitiva se ausentaba del trabajo tres o cuatro días, sin ningún tipo de restricción.
El presidente de Fedecamaras, algo parecido a la Sofofa en Chile, encabezó la férrea oposición del sector empresarial al gobierno de Chávez, por considerar que éste «fomentaba el estatismo y obstaculizaba la propiedad privada y la libre empresa».
Rosalía Vásquez, además, es una de las funcionarias que más gana en el consulado. A esto se suma el hecho que lleva la contabilidad y «trabaja poco». Según fuentes cercana al caso, siempre se excusa con que «está enferma» .
Una espía.
No obstante, esta polémica funcionaria, tampoco sería vista con buenos ojos desde el Gobierno de Chávez.
Existe la presunción de que se habría transformado en una informante para los americanos, porque durante un tiempo trabajó estrechamente con la mujer del ex embajador de Estados Unidos en Venezuela, Jhon Maito, quién actualmente está de representante de su país, ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Dicha relación, le habría permitido a Rosalía informar de lo que ocurría en el cuerpo diplomático, ya que usaba su calidad de funcionaria del consulado, para penetrar en los círculos diplomáticos.
Esta actitud, en el año 2000, fue cuestionada por el embajador de Nicaragua, quién envió una carta, quejándose ante la misión chilena de penetración en el cuerpo diplomático por funcionarios ajenos a él. El ex embajador chileno en Venezuela, Marcos Álvarez, la llamó para aclarar la extraña situación y la «reprendió por su intrusismo en áreas que no eran de su competencia».
Álvarez fue el embajador radical que sirvió de fusible cuando, en abril de 2002, hizo ver la posición chilena frente al golpe en Venezuela. Cuyo comunicado decía lo siguiente:
Ante los hechos ocurridos en las últimas horas en Venezuela, el Gobierno de Chile lamenta que la conducción del Gobierno venezolano haya llevado a la alteración de la institucionalidad democrática, con un alto costo de vidas humanas y de heridos, violentando la Carta Democrática Interamericana, a través de esta crisis de gobernabilidad.
A su vez, insta a la normalización de la institucionalidad democrática, a la mantención de los tradicionales principios democráticos de Venezuela y a que se adopten las medidas necesarias para convocar a la brevedad a elecciones libres.
Lado B: el Cónsul.
Pero esta mala telenovela venezolana, no termina allí. Hace cinco años, en 1999, y antes que el Cónsul partiera a Caracas, en el ministerio de relaciones exteriores, Garretón protagonizó un episodio que todos quisieran olvidar en esas dependencias.
En aquella oportunidad fue a una Comisaría cercana, e interpuso una denuncia por «acoso sexual», en contra de su superior en ese momento. Un prestigiado profesional de carrera, que a la fecha llevaba 40 años al servicio diplomático de Chile y que pasó a retiro, una vez concluido el gobierno de Eduardo Frei Ruíz Tagle.
En el departamento de asuntos multilaterales, Garretón quedó como jefe de OEA. Se caracterizaba por su comportamiento «muy huraño y no hacia nada». Además de expresaba muy mal respecto de los funcionarios que en esa oportunidad se dejaron bajo su cargo, por lo que estos solicitaron ser trasladados, al no soportar el trato vejatorio de que eran objeto.
Pero el superior jerárquico de Garretón optó por llamarlo a terreno. Esto desató la ira del actual Cónsul en Caracas, por lo que se dirigió a la Comisaría más cercana a estampar una denuncia por «acoso sexual».
El escándalo fue mayúsculo en relaciones exteriores. Lo que finalmente derivó en que fuera trasladado en comisión de servicio a la AGCI (Agencia de Cooperación Internacional).
El mismo año, la Dirección General Administrativa ordenó la ejecución de un sumario, que estuvo a cargo de la división jurídica. El sumario se instruyó entre otras cosas porque cuando fue parte de la representación diplomática en Holanda, protagonizó un desagradable incidente.
Durante un tiempo quiénes trabajaban en la delegación de Chile en los Países Bajos, recibían llamados a altas horas de la noche. El problema es que estos eran anónimos, por lo que se ordenó a la policía de ese país investigar quién era la persona que hacía esos llamados.
La policía holandesa logró determinar, que era nada menos que Jorge Garretón Iturra.
El final de este culebrón es conocido. Este abogado, ex oficial de la Armada de Chile y actual militante democrata cristiano es el actual Cónsul General de Chile en Caracas.
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TAGS: Espionaje embajadas
AUTOR: Juan C Vallejos
EN: Sociedad