La oración en la vida de un cristiano

¿Por qué debemos rezar?

Las razones por las que un cristiano debe rezar son muchas, aquí te las explicamos con mayor detalle.

Acercarnos al Señor

Mediante la oración nos comunicamos con el Señor y le exponemos todos nuestros sentimientos y emociones, compartimos nuestros problemas y sueños, y buscamos en él el cobijo y la seguridad que necesitamos para conseguir la fuerza necesaria para poder sobreponernos a diferentes obstáculos que se puedan presentar.

Dios es amor

Al acercarnos al Señor a través de la oración, tendremos la capacidad de experimentar el amor de Jesús. Sentiremos el cariño y la protección que el Señor da a sus hijos, a quienes guía y protege ante peligros que pueden acecharnos. Este amor que sentimos nos fortalecerá, aumentando nuestra seguridad y permitiendo que podamos enfrentar cualquier contratiempo con mayor entereza.

Fortalecer relación espiritual

Para todo creyente, es imperativo el estrechar la relación espiritual con el Señor, y qué mejor manera de hacer que a través de la oración. La oración nos permite acercarnos a Jesús, compartir nuestros más íntimos pensamientos, nuestros temores, nuestros sueños, y todas aquellas cosas que no nos atrevemos a contar a otras personas.

Método eficaz de protección

El mal existe, no es un tema sólo de las películas. El diablo, o satanás, siempre está al acecho, nos tienta para que pequemos y nos alejemos del Señor, para que busquemos el camino fácil y no actuemos según las enseñanzas de Jesús. A través de las oraciones de protección el Señor nos defiende de los engaños en los que satanás pretende que caigamos. El Señor nos da la fortaleza necesaria para decir no.

Nos ayudan en el día a día

Como dice la oración: “pide y si os dará, pero pide con fe”. El Señor siempre está atento a nuestras necesidades, a lo que requerimos para poder vivir de manera digna, basta con acercarnos a él a través de la oración, y si lo que buscamos está dentro de sus planes, entonces muy probablemente nos lo concederá.

La oración es algo que se debe hacer a diario, y no de vez en cuando, o solo cuando nos acordamos. El Señor debe estar presente en nuestra vida en el día a día, pero depende de nosotros que esto suceda. Así como comemos todos los días, así mismo debemos acercarnos al Señor diariamente y conversar con él, exponerle nuestras inquietudes y compartir nuestros éxitos, buscar su cariño y su protección. No hay que esperar que los problemas nos ahoguen para acudir al Señor. Recuerda que él siempre está ahí esperando por ti, solo hace falta que tú decidas acercarte.