Cuatro minutos

Algo falló que no se cumplió con el horario estipulado. Como siempre en los últimos tiempos tenemos que mirar hacía el protocolo. Nunca se han conocido tantos fallos a nivel Universal con el tema del protocolo establecido.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llego con un retraso de cuatro minutos, y los reyes de España tuvierón que esperar en el coche hasta que llegara. Su función era estar antes que los reyes para recibirlos, ese era su papel oficial en este día tan señalado en el calendario.

¿Quién ha tenido la culpa? El departamento de protocolo, tiene que gestionar internamente los tiempos y al hombre con el cargo que ostenta. Toda la responsabilidad corre a cargo de este equipo para que todo salga a la perfección. 

Esperemos que un contratiempo de última hora. Sin olvidar que el presidente tiene que ser trasladado de un punto a otro de la ciudad, con un itinerario establecido de antemano por los servicios de seguridad y protocolo, conocen de antemano la hora en la que va a ser trasladado calculando el tráfico, que por otra parte nos importa relativamente poco, al llevar caravana y escolta que le abren paso de forma rápida y segura. Tienen que evitar paradas en el tráfico rodado por mantener a toda costa la seguridad del presidente.

Los gritos de hijo de puta, como una bienvenida al presidente de España se han oido hasta en América Latina. La banda trataba de ocultar las palabras malsonantes al presidente con la subida del volumen de sus instrumentos, en cuanto bajaban las notas el volumen de esa ciudadanía descontenta aumentaba.

A ese “hijo de puta” como le han llamado, esta de presidente del Gobierno porque ha sido votado. Esperen a las siguientes elecciones para manifestar su descontento con sus alianzas politicas, de forma civilizada y democratica. Hagan uso de la democracia y respeten la Constitución española, no de palabra sino de hecho.

A veces me pregunto si el grito de esa parte invitada como ciudadanos anónimos, que se esconden tras ese anonimato que les da fuerza y valor para insultar en un acto conmemorativo a las Fuerzas Armadas: ¿Realmente lo sienten como lo dicen, o les han pagado para que griten estas palabras tan ofensivas? Esos ciudadanos que gritan tienen a sus representantes en el Congreso De Los Diputados, que le dicen a la cara al presidente el descontento por parte de sus afiliados y simpatizantes,  de politico a politico, y en las urnas de ciudadano a politico. Ese es el momento de hablar, en las urnas.

Un espectáculo sin precedentes, desde el inicio al fin.

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