Qué son los trust y cómo funcionan: Razones por las cuales se prefieren los trusts
La gestión patrimonial es un aspecto que para muchos es relevante, especialmente si se adueñan negocios o una cantidad de activos considerable y que forman parte de un patrimonio. Es aquí donde toma fuerza el trust como una herramienta para tal fin, y que sin duda es vista como un medio de administración mucho más seguro y enfocado al cumplimiento de condiciones, en directa comparación al fideicomiso como contraparte más parecida en el derecho romano. Pero, ¿por qué se da esta preferencia de manera cada vez más frecuente en países de Latinoamérica? Respondamos dicha interrogante, repasando también el concepto del término y su función principal.
Definiendo a los trusts y su propósito
Poniéndolo en palabras simples, el trust constituye una herramienta jurídica de gestión, manejo y entrega de patrimonio, la cual estipula un otorgante o también llamado settlor -por la naturaleza anglosajona del término- a un grupo de beneficiarios a través de la tercerización con un administrador o trustee. Con un trust, el otorgante se asegura de que se haga una entrega precisa y en el tiempo estipulado de los bienes de su patrimonio, repartidos entre los beneficiarios y siguiendo los pasos de una carta de deseos, estableciendo las condiciones como mortis causa o similar. la figura legal más cercana en el derecho romano se da en el fideicomiso.
Distintas razones del uso extendido de los trust
Como instrumento jurídico, el trust ha tomado gran fuerza en los distintos países latinoamericanos, incluso cuando estos basan su estructura legal general en el derecho romano, siendo la misma conceptualmente diferente del derecho anglosajón. Es allí donde empiezan las razones por las cuales muchos buscan un trust como herramienta de gestión patrimonial, en contraparte del fideicomiso que se estructura en el derecho civil de origen romano. Por ejemplo:
1. El trust (ver más), influenciado por el derecho anglosajón, percibe la propiedad privada de manera distinta al romano, dando cabida a otros tipos de posesión como la llamada propiedad legal o “legal ownership” y también la propiedad beneficiaria o “beneficial ownership”. Con la primera, la posesión del patrimonio le corresponde al trustee, la cual es limitada y temporal y no tiene cabida embargo, sucesión, pago de deuda a acreedores u otro impositivo. El segundo tipo de posesión corresponde a los beneficiarios, quienes podrán ejercer su derecho como propietario cuando se cumplan los requerimientos en el contrato u hoja de deseos del trust.
2. Como herramienta de gestión de patrimonio, el trust es ideal para casos civiles como repartición de bienes familiares, incluyendo usufructos. Esto es clave, ya que los trusts pueden ser de naturaleza civil, mercantil o comercial pero donde prevalecen los mismos estatutos de ley, percepción de la propiedad privada y Common Law. Con el fideicomiso, los acuerdos de gestión patrimonial tienen un carácter eminentemente mercantil y comercial, gracias a las bases del derecho romano y donde la propiedad privada no es percibida de la misma manera que en el anglosajón. Siendo así, en distintos países latinoamericanos -especialmente en Argentina- se han creado instrumentos similares al trust, los cuales son aprovechados por otorgantes, individuos y familias que buscan proteger y gestionar su patrimonio inspirando en la figura del trust inglés original.
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AUTOR: Mariana
EN: Servícios