¿Por qué tenemos pensamientos negativos?
Los malos pensamientos son más frecuentes de lo que creemos. Todos experimentamos ocasionalmente pensamientos negativos, pero en ciertos casos, pueden afectar seriamente nuestra autoimagen y comportamiento.
Aunque la terapia puede ser beneficiosa para cambiar esta tendencia, también hay técnicas sencillas que pueden ayudar a gestionarla de manera más efectiva.
¿Qué es un pensamiento negativo?
Los pensamientos negativos pueden afectar a cualquiera, a veces sin una razón clara. Pueden influir en tu estado de ánimo, provocar tristeza o generar estrés, e incluso contribuir al desarrollo de síntomas como ansiedad y depresión.
Algunas personas son más propensas a reaccionar ante eventos negativos que a los positivos, esto se conoce como sesgo de negatividad y puede dar lugar a pensamientos perjudiciales.
¿Cómo se crea un pensamiento negativo?
Analizando el artículo publicado en el periódico online de Wheon sobre cómo cambiar el pensamiento catastrófico según expertos de ProyectoArt nos damos cuenta de que los pensamientos negativos van en evolución. Eso significa que no son cosa de un día para otro, sino que llevan tiempo en su evolución.
Cuando un pensamiento negativo comienza y no se elimina el mismo se va retroalimentando, lo que hace que sea cada vez más fuerte. Y cuanto más pensamos en ese pensamiento, más grande se hace. Por ese motivo, cuanto antes seamos conscientes de ese problema, mejor. Hay que saber que tenemos ese pensamiento negativo para comenzar a luchar contra el mismo.
Una cosa está clara, el miedo siempre provoca que el pensamiento sea negativo y se tomen decisiones erróneas. El miedo es algo que en la gran mayoría de ocasiones está en nuestra cabeza. Tenemos que aprender a luchar contra nosotros mismos para comenzar a reducir la probabilidad de esos pensamientos.
Estar libre de pensamientos negativos es imposible porque es algo innato a nosotros.
¿Cómo se pueden reconocer los pensamientos negativos?
El primer paso para detectar pensamientos negativos es prestar atención a lo que te dices a ti mismo. Al reconocer esos pensamientos, puedes observar cómo afectan tus emociones y comportamiento, lo que te permite reducir su influencia.
Algunos ejemplos comunes de pensamientos negativos incluyen:
- Leer la mente: asumir que sabemos lo que está pensando otra persona sin verificar si es cierto.
- Imperativos: imponer obligaciones, incluso cuando es poco probable que los hechos ocurran.
- Abstracción selectiva: enfocarse solo en lo negativo y pasar por alto los aspectos positivos o neutrales.
- Catastrofizar: anticipar lo peor y subestimar tu capacidad para manejar la situación.
- Razonamiento emocional: pensar que una reacción emocional demuestra la verdad de algo.
- Sobregeneralización: sacar conclusiones generales basadas en una única experiencia y aplicarlas a todas las situaciones futuras.
- Maniqueísmo: ver las cosas solo en términos de "negro" o "blanco", sin considerar los matices intermedios.
- Etiquetar: juzgarse a uno mismo o a los demás basándose en un ejemplo o experiencia.
¿Cómo puedo gestionar los pensamientos negativos?
Tras conocer que los pensamientos negativos son innatos en todas las personas es el momento de aprender a gestionarlos. Sabiendo que no se pueden evitar tenemos que aprender a luchar con ellos para ser más felices. Una persona positiva siempre le va mucho mejor en la vida.
Aprende a desafiar al pensamiento negativo
No solemos analizar nuestros propios pensamientos de manera objetiva, ya que este ejercicio puede ser bastante desafiante. Sin embargo, realizar este proceso nos brinda la oportunidad de considerar alternativas más realistas y prácticas. Para llevar a cabo esto, es útil hacerse las siguientes preguntas:
- ¿Este pensamiento se basa en hechos o es simplemente una opinión?
- ¿Cuáles son las evidencias a favor o en contra de este pensamiento?
- ¿Puedo reformular este pensamiento de una manera diferente?
- ¿Cuál sería el peor escenario posible y cómo podría afrontarlo?
- ¿En qué medida considero realista este pensamiento?
Cuestionar nuestros propios pensamientos puede resultar desafiante, pero con el tiempo y la práctica, la habilidad de pensar de manera más racional debería volverse más natural.
Toma conciencia del impacto de tus pensamientos en tu comportamiento
Las ideas pesimistas pueden tomar control e interferir en tus relaciones con los demás. Si encuentras una situación específica, trata de registrar tus pensamientos y las emociones que experimentas en ese momento. Después, reflexiona sobre cómo estos pensamientos influyen en tu comportamiento en esa situación en particular. La meta es ser consciente de estos procesos internos y estar preparado para enfrentar situaciones similares en el futuro.
Aprende a etiquetar los pensamientos
Las investigaciones indican que cuando intentas suprimir un pensamiento, hay mayores posibilidades de que vuelva a surgir, fenómeno conocido como "efecto rebote".
En lugar de centrarte en reprimir tus pensamientos negativos, trata de observarlos y describirlos de manera objetiva.
Una técnica que podrías probar es etiquetar tu comportamiento en lugar de etiquetarte a ti mismo. Por ejemplo, en lugar de decirte a ti mismo que no eres inteligente, intenta etiquetar tu pensamiento como: "Creo que no soy inteligente".
Este ejercicio puede ser útil para romper el ciclo de pensamientos negativos y enseñarte a percibirlos simplemente como lo que son: pensamientos, en lugar de considerarlos como algo real que te define.
Descubre los beneficios del mindfulness
La meditación de atención plena es genial para volver a conectarte con tus pensamientos y emociones. No solo te ayuda a concentrarte en el momento actual, sino que también es una manera efectiva de tranquilizar el flujo de pensamientos, preocupaciones y juicios. Practicar la atención plena contribuye a regular los pensamientos negativos y a mejorar la salud mental.
Actúa antes de que sea demasiado tarde
Hacer ejercicio resulta excelente para organizar la mente. Ningún medicamento o terapia psicológica ofrece los mismos beneficios protectores para tu cerebro, estado de ánimo y pensamientos que la actividad física.
Realizar caminatas o correr diariamente, o experimentar con un nuevo deporte, tiene el potencial de transformar tu manera de ver las cosas.
¿Debo acudir a un profesional por los pensamientos negativos?
Si estás teniendo problemas con pensamientos negativos, sería una buena idea buscar ayuda de un profesional de la salud o un especialista en salud mental lo antes posible. Será beneficioso programar una cita si experimentas alguna de las siguientes situaciones relacionadas con tus pensamientos negativos:
- Si están afectando tu vida diaria, incluyendo tu rendimiento laboral, académico y tus relaciones personales.
- Si están causando ansiedad, estrés o síntomas depresivos.
- Si están interfiriendo con tu capacidad para concentrarte.
- Si te están dificultando conciliar el sueño o levantarte por la mañana.
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