Medidas para cuidar tu bienestar en las relaciones sexuales

Tener una vida sexual sana aporta indudables beneficios a la persona, desde físicos hasta emocionales. Alcanzar la satisfacción sexual mejora el estado de ánimo, aporta autoconfianza y autoestima, así como reduce la tensión y el estrés.

Entre otras cosas, esto tiene que ver con el efecto neurofisiológico del sexo, al provocar la liberación de hormonas vinculadas a la felicidad y la satisfacción, como la serotonina y la oxitocina.

De igual forma, la actividad sexual es un excelente ejercicio cardiovascular, un promotor de nuestro sistema inmunológico, mejora la piel y hasta se señala que reduce las probabilidades de ciertos cánceres.

Eso sí, la actividad sexual mal llevada, sin duda, es contraproducente, termina siendo fuente de frustración, estrés, pérdida de autoestima e, incluso, graves enfermedades.

Por tanto, es clave cuidar el bienestar de tus relaciones sexuales. Veamos, entonces, algunas medidas a tener en cuenta para alcanzar desarrollar relaciones sexuales satisfactorias. Verás que algunas de ellas entran en el orden psicológico y otras en el orden de la salud física.

El asunto del amor

Más allá de las complejas consideraciones que entran en juego al momento de abordar un concepto tan complejo como el amor, hay elementos esenciales que actúan en función de las relaciones sexuales.

No es que te vaya a señalar que únicamente tengas relaciones sexuales cuando estés enamorado de la pareja en cuestión. Como ya sabemos, el enamoramiento y el amor romántico es producto de una compleja combinación de factores, desde hormonales hasta psicológicos, que generan toda una posible gama de estados de atracción entre dos personas.

Puedes tener sexo con una persona que simplemente te genera cierta atracción física coyuntural o con una de la que estás locamente enamorado. Sin embargo, hay aspectos de la amplia gama de lo que llamamos amor, que son esenciales para una relación sexual sana.

Como leemos aquí, entre estos aspectos está el llamado amor propio, si no te amas a ti mismo, difícilmente tendrás el equilibrio emocional necesario para entablar una relación sexual sana. Es probable que sacrifiques tus gustos o deseos en pro de los de tu pareja, sin lograr el equilibrio que lleve a la satisfacción mutua.

Por otra parte, tampoco se puede dejar de lado el hecho de que mientras mayores sean tus sentimientos amorosos hacia tu pareja, mayores serán las probabilidades de una relación sexual exitosa. Como se dice por ahí: no hay mejor afrodisiaco que el amor.

La comunicación en la pareja

Esto es esencial para el éxito de cualquier relación humana y las relaciones sexuales no son la excepción. Si no le haces saber al otro tus deseos y gustos, lo que te agrada o lo que te incomoda, hay pocas probabilidades de alcanzar una relación sexual equilibrada y satisfactoria.

No se trata de plegarte pasivamente a los gustos de tu pareja, ni viceversa, es necesario comunicarse y alcanzar un acuerdo en el proceso. De ahí que toda relación sexual prolongada, sana, tienda a mejorar con el tiempo, en la medida en que ambas partes aprenden como darle satisfacción al otro.

Claro está que, en una relación sexual puntual, las cosas dependen más del atractivo físico, de la complementariedad circunstancial. Sin embargo, allí también es clave el saber percibir las señales, la llamada comunicación tácita, corporal, gestual, además de la oral.

La barrera de los tabúes

Otro elemento en el ámbito psicológico que incide en la probabilidad de éxito de una relación sexual, es el asunto de los tabúes que pesen sobre cada uno de los miembros de la pareja.

Sobre todo sí hay un choque de formas de pensar sobre el sexo entre los participantes. Lo mejor es deslastrarse de los tabúes, abrir la mente y, en todo caso, dejar fluir la relación guiada por la comunicación, los deseos y los gustos de cada quien.

No es fácil, ya que, una característica propia del tabú es su arraigo cultural profundo en la psiquis de la persona. De ahí que no sea algo que superarás en el momento del acto sexual, sino que debes darte el tiempo de autorreflexión previa para definir que elementos son realmente insuperables para ti.

Mientras menos tabúes tengas, más disfrutarás las relaciones sexuales y más probabilidades de éxito tendrá la relación. Claro, en este contexto, también es importante la tolerancia y paciencia con tu pareja en relación con sus propios tabúes.

Las emociones

Algo que ayuda sustancialmente a gestionar tus relaciones, incluidas las sexuales, es tu inteligencia emocional. Es decir, saber gestionar tus emociones.

Afortunadamente, esto puede desarrollarse con esfuerzo personal o acudiendo a la ayuda de expertos. Mantener tus emociones en equilibrio, te ayuda a reducir el estrés y a mantener el control de tu relación, ser más empático, lograr una mejor comunicación y alcanzar un mejor desempeño sexual.

La información

Como todo en la vida, mientras más y mejor información manejes, respecto a las relaciones sexuales, mayores serán tus probabilidades de éxito en ellas.

Esto incluye información sobre la psicología de las relaciones sexuales, sobre la técnica sexual y sus variantes y sobre la salud sexual. Especialmente relevante es lo referido al sexo seguro.

Son muchos los estudios que confirman la importancia de la educación sexual temprana para lograr una vida sexual sana y satisfactoria.

Los aspectos de la salud física en las relaciones sexuales

Tan o más importantes como los aspectos de orden psicosocial comentados, son los referidos a la salud física en el sexo.

En primer término, un asunto literalmente de vida o muerte: el sexo seguro. Existen diversas enfermedades de transmisión sexual que pueden acarrearte graves consecuencias de morbilidad e, incluso, la muerte.

Tal vez la enfermedad que más resuena es el SIDA, pero, la lista es mucho más grande. Ante lo cual, la medida más efectiva conocida es el uso del preservativo y evitar conductas de riesgo en las relaciones sexuales.

Por otra parte, el sexo seguro previene los embarazos no deseados, lo cual, puede desequilibrar totalmente cualquier relación sexual.

En segundo término, tus relaciones sexuales se verán sustancialmente favorecidas si llevas una vida sana, haces ejercicio regular, sigues una dieta saludable, no fumas o bebes en exceso.

El sedentarismo y una dieta rica en grasas saturadas, pueden acarrear problemas cardiovasculares, que, a su vez, afectarán tu desempeño sexual. El ejercicio físico no solo mejora tu condición física para el sexo, también, contribuye a un mejor equilibrio emocional.