Consejos y herramientas para observar la fauna

Otro método eficaz consiste en adentrarse en una zona y encontrar un lugar desde el que sentarse que ofrezca una buena perspectiva. Los lugares donde confluyen distintos tipos de hábitat, como el borde de un estanque de castores, pueden ser especialmente buenos. Siéntese en silencio, utilizando la maleza y la vegetación disponible para romper su contorno, y lentamente gire la cabeza y mueva los ojos para escanear el área ante usted. El vuelo de una mariposa, el movimiento de la cola de un ciervo o la llamada de un pájaro cantor le llamarán la atención. Levanta lentamente los prismáticos, enfoca la fuente y disfruta.

Caminar despacio por una zona le ayudará a conocer el hábitat, los sistemas de senderos, las vías fluviales y los movimientos de la fauna. Camina despacio, deteniéndote a menudo para explorar la zona y escuchar. Busque huellas, excrementos, roeduras y otras señales o indicios de que la fauna está cerca.

Los animales salvajes son más activos por la mañana temprano y al atardecer. Levantarse un poco antes o quedarse en el campo un poco más tarde puede merecer la pena. El tiempo también puede influir en la actividad de los animales. Los periodos de calma antes de una tormenta de nieve invernal o justo después de un fuerte aguacero pueden ser productivos para observar la fauna.

No pase por alto la fauna más común y llamativa que encuentre. El comportamiento de un ganso canadiense o una ardilla listada puede ser tan interesante como el de un coyote.

También hay un micromundo de vida salvaje a tu alrededor. Estudie una libélula, una mariquita o una colonia de hormigas en la comodidad de su propio patio o vecindario. Las lupas son herramientas estupendas para estudiar estas pequeñas criaturas.