¿Cuándo ir al psicólogo? ¿Y realmente ayuda ir? Averigüémoslo.

Acudir a un psicólogo -o psicoterapeuta- no es una decisión que se tome a la ligera, como tampoco lo es elegir al psicólogo o psicoterapeuta adecuado. En la mayoría de los casos, la idea de acudir a un especialista para hablar de un problema, una emoción inusual o un acontecimiento concreto no nos atrae. Probablemente hemos hecho todo lo posible para eliminar el problema, sofocar la emoción u olvidar el suceso en cuestión; por lo tanto, la idea de tener que hablar de ello nos inquieta: tememos que, una vez mencionado, ese elemento perturbador cobre aún más fuerza. A menudo, también nos cuesta entender que necesitamos acudir a un psicólogo; pensamos que, tarde o temprano, todo se resolverá. En algunos casos puede ser así, pero consultar a un especialista nos ayudará a superar antes ese contratiempo y nos proporcionará herramientas útiles para afrontar los futuros.

En este artículo he querido resumir las inquietudes de muchos de mis pacientes que he podido recoger a lo largo de los años en mi consulta (de hecho, soy psicólogo en Turín y dirijo un gabinete en el que tratamos los problemas más comunes). Con muchos hemos abordado a menudo el tema de hasta qué punto es necesario y cuándo consultar a un psicólogo. Veamos, pues, algunas de las preguntas o preocupaciones más frecuentes.

En primer lugar, no hay una edad concreta a la que debamos acudir al psicólogo, pero una revisión de nuestro estilo de vida nos permitirá entender si necesitamos acudir a un especialista o no.

Si notamos que sentimos una tristeza desmotivada, evitamos situaciones o lugares por incomodidad, o experimentamos una dificultad inusual para concentrarnos, sentirnos a gusto y realizar las actividades cotidianas, es aconsejable consultar a un experto, que puede ayudarnos a aclarar nuestras ideas y afrontar mejor nuestra vida.