Amazon enfrenta tensiones globales por falta de espacio tras exigir presencialidad completa en 2025
Un giro radical en la política laboral de Amazon genera críticas y problemas logísticos en oficinas de todo el mundo.
A partir del 2 de enero de 2025, Amazon comenzó a implementar una política de retorno completo a la presencialidad para sus empleados corporativos, una decisión impulsada por su CEO, Andy Jassy, en un intento de reafirmar la cultura organizacional y optimizar las operaciones. Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada para albergar a todos sus trabajadores ha desatado un nuevo debate sobre la viabilidad y los costos de esta medida, sumándose a una serie de controversias en la multinacional tecnológica.
Un regreso apresurado y problemático
El anuncio de Jassy en septiembre de 2024 estableció un periodo de adaptación de tres meses y medio para que los empleados se prepararan para el fin del teletrabajo, un cambio radical respecto a la política anterior de Amazon que permitía jornadas completamente remotas. Sin embargo, este enfoque apresurado ha puesto de manifiesto un problema logístico clave: la falta de espacio físico en las oficinas de Amazon para acomodar a toda su plantilla.
En España, la compañía cuenta con aproximadamente 5.000 empleados corporativos distribuidos en varias sedes: un edificio en el área de Méndez Álvaro, Madrid, con capacidad para 1.000 trabajadores; siete plantas en la Torre Foster de Madrid, y dos oficinas más pequeñas en Barcelona. Algunas oficinas incluso han recurrido al uso de tabiques móviles para crear espacios temporales, pero la capacidad sigue siendo insuficiente para cumplir con las nuevas exigencias. La situación es similar en otras partes del mundo, incluyendo Estados Unidos, donde ciudades como Nueva York, Atlanta y Nashville han reportado problemas graves de espacio.
Tensiones internas y percepción de los empleados
La nueva medida ha generado un malestar significativo entre los empleados. Una encuesta realizada por la plataforma Blind, que recopila opiniones anónimas de trabajadores del sector tecnológico, reveló que el 91% de los empleados de Amazon está en contra del fin del teletrabajo. Además, un preocupante 73% admitió estar buscando activamente empleos que permitan trabajar de forma remota, lo que podría desencadenar una fuga de talentos.
Muchos empleados consideran que la medida no solo es un retroceso, sino también un intento encubierto de reducir la plantilla. Desde 2023, Amazon ha despedido a más de 28.000 trabajadores como parte de un reajuste tras las contrataciones masivas durante la pandemia. La nueva política de presencialidad obligatoria podría desincentivar a empleados remotos que no están dispuestos a mudarse o asumir los costos asociados con la vuelta a la oficina.
Un cambio de filosofía corporativa
El argumento principal de Jassy es que el trabajo presencial favorece la colaboración, el aprendizaje y la innovación, y fortalece la cultura corporativa. “Cuando echamos la vista atrás a los últimos cinco años, seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en la oficina son significativas”, declaró el CEO en septiembre. Sin embargo, este discurso contrasta con las prácticas de otras grandes tecnológicas como Google, Microsoft o Meta, que han adoptado modelos híbridos, permitiendo a sus empleados combinar jornadas presenciales y remotas.
La decisión también choca con las expectativas generadas durante las contrataciones en 2020 y 2021, cuando Amazon promovía el teletrabajo como una ventaja competitiva. Ahora, el giro hacia la presencialidad completa podría socavar la confianza de los empleados y su compromiso con la empresa.
Impacto logístico y posibles soluciones
En Estados Unidos, Amazon ha tenido que posponer la implementación completa de su política de regreso a la oficina hasta mayo de 2025 en algunas ciudades debido a la falta de espacio. En algunas sedes, se han instalado soluciones temporales como una pared falsa para dividir espacios abiertos y maximizar su uso, aunque estas medidas no resuelven el problema de fondo. Este aplazamiento podría ser solo el inicio de una serie de ajustes necesarios para abordar los problemas de capacidad.
Expertos sugieren que Amazon podría considerar alternativas como:
Ampliación de infraestructuras: Construir o alquilar nuevas oficinas para acomodar a su creciente plantilla.
Implementar modelos híbridos: Adoptar un enfoque flexible que permita jornadas remotas en ciertos días.
Reubicación de empleados: Redistribuir trabajadores a oficinas menos saturadas.
Fomentar espacios de coworking: Utilizar espacios compartidos en ciudades con alta densidad de empleados.
Reacción del mercado y el futuro de Amazon
El impacto de estas decisiones será evaluado en los próximos informes financieros y podría influir en la percepción del mercado sobre la gestión de Jassy. Si bien Amazon busca optimizar su estructura organizativa, el costo en términos de moral de los empleados y posibles renuncias masivas podría superar los beneficios previstos.
La transición hacia la presencialidad total también plantea preguntas más amplias sobre el futuro del trabajo en el sector tecnológico. Mientras que empresas como Tesla han adoptado una postura similar, muchas otras siguen apostando por la flexibilidad como una herramienta clave para atraer y retener talento.
En un panorama competitivo y en constante evolución, Amazon se enfrenta al desafío de equilibrar su visión corporativa con las demandas de sus empleados y las tendencias del mercado. El resultado de esta controversia podría redefinir no solo la cultura de la compañía, sino también las normas laborales en la industria tecnológica.
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AUTOR: Vimetra
EN: Sociedad