Cirugía de Ligamentos Cruzados: Procedimiento y Recuperación

La cirugía de ligamentos cruzados es un procedimiento utilizado para restaurar la estabilidad de la rodilla tras una lesión, especialmente cuando el ligamento cruzado anterior (LCA) o el ligamento cruzado posterior (LCP) han sufrido una ruptura total o parcial. Este tipo de lesión es frecuente en deportistas y personas activas, ya que suele producirse por giros bruscos, impactos directos o cambios de dirección repentinos.


El tratamiento quirúrgico se recomienda cuando la rodilla presenta inestabilidad significativa que impide la realización de actividades cotidianas o deportivas. La intervención tiene como objetivo reconstruir el ligamento afectado mediante un injerto, que puede obtenerse del propio paciente (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto). La elección de la técnica depende de diversos factores, como la edad, el nivel de actividad y la presencia de otras lesiones asociadas.


El procedimiento se lleva a cabo mediante artroscopia, una técnica mínimamente invasiva que permite acceder a la articulación con pequeñas incisiones. A través de ellas, se introducen una cámara y los instrumentos quirúrgicos necesarios para colocar el injerto en la posición adecuada. Esta metodología reduce el daño a los tejidos circundantes, disminuye el tiempo de recuperación y minimiza las complicaciones postoperatorias.


Tras la cirugía, el proceso de rehabilitación juega un papel fundamental en la recuperación funcional de la rodilla. Durante las primeras semanas, se prioriza la reducción de la inflamación y el dolor, así como la recuperación de la movilidad articular. Posteriormente, se inicia un programa progresivo de fortalecimiento muscular y ejercicios específicos para recuperar la estabilidad y el control del movimiento.


El tiempo de recuperación varía en función de cada paciente, aunque en términos generales se requieren entre seis meses y un año para retomar actividades deportivas de alto impacto. La adhesión a un plan de rehabilitación personalizado y la supervisión de especialistas en medicina deportiva son clave para lograr una recuperación óptima y reducir el riesgo de una nueva lesión.


Uno de los referentes en el tratamiento quirúrgico de los ligamentos cruzados es el traumatólogo especialista en rodilla Pablo Gelber. Con una amplia trayectoria en el manejo de lesiones complejas de la rodilla, ha desarrollado técnicas avanzadas que optimizan los resultados quirúrgicos y mejoran la recuperación de los pacientes. Más información sobre su enfoque y experiencia puede encontrarse en su sitio web oficial: drgelber.com.


En algunos casos, la cirugía puede combinarse con procedimientos adicionales si existen lesiones asociadas, como roturas meniscales o daños en el cartílago. La evaluación preoperatoria permite determinar la mejor estrategia quirúrgica para cada paciente, asegurando una reconstrucción efectiva y un retorno seguro a la actividad física.


El éxito de la cirugía depende de diversos factores, incluyendo la calidad del injerto, la precisión en la colocación del nuevo ligamento y la adherencia del paciente al proceso de rehabilitación. La comunicación con el equipo médico y la realización de controles periódicos son esenciales para monitorear la evolución de la recuperación y realizar ajustes en el tratamiento si es necesario.


A pesar de ser un procedimiento altamente efectivo, la prevención sigue siendo la mejor estrategia para evitar lesiones en los ligamentos cruzados. La realización de ejercicios específicos para fortalecer la musculatura estabilizadora de la rodilla, el entrenamiento neuromuscular y la técnica adecuada en la práctica deportiva contribuyen a reducir el riesgo de sufrir este tipo de lesiones.

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