LOS OLIGOELEMENTOS, ESOS PEQUEÑOS DESCONOCIDOS

LOS OLIGOELEMENTOS, ESOS PEQUEÑOS DESCONOCIDOS
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LOS OLIGOELEMENTOS


ESOS PEQUEÑOS DESCONOCIDOS


 


¿Sabías que existen ciertos minerales que, aunque están presentes en nuestro cuerpo en cantidades mínimas, son fundamentales para mantenernos sanos? Estos pequeños pero poderosos elementos son los oligoelementos, y aunque no los vemos ni pensamos mucho en ellos, están trabajando constantemente para que todo funcione como debe.


Aunque su nombre pueda sonar un poco técnico, estos pequeños compuestos desempeñan un papel fundamental en nuestro cuerpo, son como los héroes anónimos que trabajan en silencio para mantenernos saludables.


Si quieres saber más sobre qué son, cuáles son los más importantes y cómo puedes asegurarte de obtenerlos, sigue leyendo. ¡Te lo contamos todo de manera sencilla!


Pero ¿qué son los Oligoelementos


Los oligoelementos son sustancias de origen mineral que nuestro cuerpo no puede producir por sí solo, por lo que debemos obtenerlos a través de la dieta o suplementos, y aunque los necesitamos en cantidades realmente pequeñas (de ahí el prefijo oligo, que significa poco), su carencia puede causar problemas importantes en nuestra salud.


En términos simples, podríamos decir que los oligoelementos son como pequeñas herramientas que ayudan a que las máquinas internas de nuestro cuerpo funcionen correctamente, ya que están involucrados en procesos vitales como la producción de energía, el fortalecimiento del sistema inmune, la formación de tejidos o la regulación hormonal.


Por ejemplo, el Bismuto es ideal para infecciones como amigdalitis y faringitis, en cambio el Cobre es perfecto para infecciones e inflamaciones, así como la combinación Manganeso-Cobre previene infecciones respiratorias recurrentes, y la combinación Manganeso-Cobalto alivia los síntomas de menopausia y ansiedad, aunque el Manganeso por su parte es útil en alergias y funciones excesivas del cuerpo, y por otro lado, el Cobalto, que regula el tubo digestivo y los vasos sanguíneos, el Flúor mejora los ligamentos, el Magnesio ayuda con la conducción nerviosa y el Litio relaja el sistema nervioso


Por su parte, la combinación Cobre-Oro-Plata es un estimulador general del cuerpo y la mente, y las combinaciones Zinc-Cobre y Zinc-Níquel-Cobalto, son unos excelentes reguladores hormonales, en cambio el Zinc utilizado de manera individual es de gran utilidad para problemas dermatológicos


Igual de efectiva será la combinación Níquel-Cobalto, que es ideal para trastornos digestivos, o el Fósforo que alivia contracturas musculares, así como el Potasio combate la retención de líquidos, el Azufre mejora articulaciones, piel y vías respiratorias, y el Selenio es un poderoso antioxidante.


Y ¿por qué son tan importantes para nuestra salud?


Los oligoelementos son elementos químicos que necesitamos en cantidades muy pequeñas, pero que son esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo, y su déficit puede desencadenar problemas de salud, pero con una dieta equilibrada podemos mantenerlos en niveles óptimos.


Estos compuestos están involucrados en procesos clave como el metabolismo, la regulación hormonal, la formación de tejidos y la defensa del sistema inmunitario, sin ellos, nuestro cuerpo simplemente no funcionaría como debería.


Los oligoelementos pueden presentarse en dos formas, como sales minerales o en forma elemental. Cuando están en forma de sales minerales, tienen un papel estructural, formando parte de huesos, dientes y fluidos corporales, como, por ejemplo, el calcio y el fósforo fortalecen nuestros huesos y dientes, mientras que el hierro es clave para la sangre.


Por otro lado, cuando están en forma elemental, actúan como catalizadores en reacciones bioquímicas específicas, es decir, ayudan a que ciertos procesos metabólicos ocurran de manera eficiente. Sin ellos, estas reacciones podrían detenerse o no ocurrir correctamente.


A menudo se confunden con las vitaminas, pero es importante aclarar la diferencia, mientras que las vitaminas son moléculas compuestas por varios átomos organizados de manera específica, los oligoelementos son elementos químicos puros, como el hierro, el zinc o el yodo. En otras palabras, los oligoelementos son habitantes de la tabla periódica.


Aunque no los vemos ni sentimos directamente, los oligoelementos hacen un trabajo esencial en nuestro organismo.


¿Qué pasa si hay un déficit?


Cuando nuestro cuerpo no obtiene suficientes oligoelementos, pueden aparecer síntomas como fatiga, debilidad muscular, problemas digestivos, infecciones frecuentes, piel seca, cabello quebradizo, dificultad para concentrarse, problemas anímicos y metabólicos o incluso enfermedades más graves si no se corrige a tiempo, por eso es importante mantener una dieta variada que incluya alimentos ricos en estos compuestos esenciales.


Si notas alguno de estos signos y sospechas que podría deberse a una carencia de oligoelementos, lo mejor es acudir a un especialista para una evaluación completa, consejo también aplicable a personas veganas que necesitan aportes extra de vitaminas y minerales.


Si bien los suplementos pueden ser una opción en casos específicos, siempre es mejor consultar a un especialista antes de tomarlos por cuenta propia.


Eso sí, hay que tener cuidado con los excesos, ya que consumir más de lo necesario puede ser perjudicial, como siempre, el equilibrio es la clave.


La Oligoterapia, una alternativa natural


La oligoterapia es una práctica que utiliza los oligoelementos para tratar desequilibrios metabólicos o enfermedades, y se basa en identificar qué oligoelemento falta en el organismo y administrarlo en pequeñas dosis para restaurar su equilibrio natural.


Esta terapia forma parte de las llamadas reguladoras, ya que no busca sustituir las funciones del cuerpo, sino ayudarlo a recuperar su capacidad normal de autorregulación. Es una terapia súper versátil, ideal en problemas tan variados como infecciones, alergias, trastornos digestivos, ansiedad, estados depresivos, fatiga crónica, trastornos metabólicos y hasta es antienvejecimiento, incluso es aplicable para lesiones deportivas como contracturas musculares o esguinces.


La oligoterapia es una práctica interesante que busca no solo tratar enfermedades, sino también prevenirlas y mejorar nuestro bienestar general. Entre sus principales beneficios se destacan el fortalecimiento del sistema inmunológico, la regulación del metabolismo y el apoyo a la salud cardiovascular. Además, puede contribuir a mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y aliviar dolencias crónicas como la artritis o las migrañas. También se le atribuye un efecto positivo en la piel, haciéndola más saludable y resistente. Es una opción que vale la pena explorar para quienes buscan un enfoque más integral hacia la salud.


La forma más habitual de consumirlos es por vía sublingual, colocando el líquido bajo la lengua durante unos minutos antes de ingerirlo, preferiblemente fuera de las comidas, ya que así nos aseguraremos de que los oligoelementos lleguen directamente a las células donde deben actuar.


Es una opción natural, segura y efectiva que trabaja en sintonía con tu cuerpo. Si buscas un apoyo para mejorar tu salud sin efectos secundarios, la Oligoterapia puede ser tu aliada perfecta


¿Qué hace cada Oligoelemento?


No todos los oligoelementos son iguales, se dividen en dos categorías principales: esenciales y no esenciales.


Oligoelementos esenciales


Son aquellos que nuestro cuerpo necesita sí o sí para funcionar correctamente. Si llegamos a tener una deficiencia de alguno de ellos, podríamos enfrentar problemas de salud como desequilibrios metabólicos o trastornos funcionales. Dentro de este grupo hay dos subcategorías:


1. Riesgo demostrado de deficiencia, por ejemplo podemos encontramos al hierro, yodo, flúor, selenio, cobre, molibdeno, cromo o zinc entre otros.


2. Bajo riesgo de deficiencia: Aunque no se ha comprobado que su falta cause problemas graves, siguen siendo importantes, y entre ellos podemos encontrar el cobalto, el manganeso, el níquel, el silicio, el vanadio o el estaño entre otros.


Oligoelementos no esenciales


Por otro lado, los oligoelementos no esenciales no se encuentran de forma natural en nuestro cuerpo, sin embargo, algunos como la plata, el oro o el litio tienen propiedades farmacológicas interesantes y pueden sernos útiles en ciertos tratamientos.


Beneficios de los oligoelementos


Ahora que sabemos qué son y cómo se clasifican, hablemos de lo más interesante, sus beneficios para la salud. Cada oligoelemento tiene su propia personalidad y funciones específicas en el cuerpo, aunque algunas de sus funciones principales son por ejemplo apoyar ciertas reacciones químicas vitales, ya que son indispensables para que las enzimas funcionen correctamente.


También combatir el estrés oxidativo, algunos tienen propiedades antioxidantes que nos protegen del daño celular, al igual que regular algunas funciones importantes, ya que participan en procesos como la digestión, el metabolismo, el crecimiento y la respiración.


Y como no, también fortalecen las defensas, ayudando a mantener el sistema inmune fuerte y listo para combatir infecciones.


Cada oligoelemento tiene un papel específico en el organismo, y su deficiencia puede provocar diversos problemas de salud. A continuación, te contamos sobre algunos de los más importantes y para qué sirven


El Hierro es imprescindible para nuestra energía y vitalidad, es clave en la formación de hemoglobina, la encargada de transportar oxígeno en la sangre a todo el cuerpo, y participa, además, en la producción de colágeno y neurotransmisores. Sin suficiente hierro, nuestro cuerpo no puede producir glóbulos rojos saludables, lo que puede llevar a anemia, lo que se traduce en cansancio extremo y debilidad. Si alguna vez te has sentido agotado sin razón aparente, puede que necesites más hierro en tu dieta


Por el contrario, un exceso de hierro puede generar hemocromatosis (acumulación excesiva de hierro), daño hepático o incluso diabetes.


Podemos encontrarlo en carnes rojas, hígado, espinacas, legumbres y cereales enriquecidos.


El Yodo es fundamental para la producción de hormonas tiroideas, las cuales regulan funciones como el metabolismo, el crecimiento y la energía. La falta de este elemento puede causar bocio (agrandamiento de la glándula tiroides) e hipotiroidismo, y en niños, puede afectar el desarrollo mental, Por eso es tan importante incluirlo en nuestra dieta, pero, un consumo en exceso puede llevar a hipertiroidismo o tiroiditis.


El yodo se encuentra principalmente en las algas, pescados y mariscos, así como en la sal yodada.


El Flúor fortalece huesos y dientes, fija el calcio en los huesos y previene las caries. Es especialmente importante durante el crecimiento y para prevenir la osteoporosis. Lo podemos encontrar en el pescado, las algas marinas y en las espinacas. 


El Selenio es conocido por su potente acción antioxidante, protege nuestras células del envejecimiento prematuro y apoya el funcionamiento muscular y cardiovascular además de reforzar nuestro sistema inmunológico. También es clave para la función tiroidea, ayudando a mantener nuestro metabolismo en equilibrio.


Su déficit puede derivar en problemas tiroideos o enfermedades como la miocardiopatía de Keshan. Y por el contrario, el exceso puede desencadenar selenosis (pérdida de cabello y problemas gastrointestinales).


Podemos encontrarlo en las nueces de Brasil (una sola nuez puede cubrir tus necesidades diarias), pescado, huevos y los cereales integrales.


El Cobre es un gran aliado contra infecciones causadas por hongos, bacterias y virus, y estimula el sistema inmunitario. Además, participa en la producción de hemoglobina (la proteína que transporta oxígeno en la sangre), es esencial para la formación de colágeno y elastina, lo que beneficia la piel y los tejidos conectivos. También ayuda en la absorción de hierro y en la producción de energía. Si buscas una piel radiante y más energía diaria, el cobre es tu amigo


En combinación con el zinc, puede ayudar a equilibrar desórdenes hormonales. Su falta puede provocar anemia, osteoporosis y problemas neurológicos. Y al contrario, puede ser tóxico para el hígado y los riñones si se consume en grandes cantidades.


Podemos encontrarlo en mariscos, nueces, semillas, cereales integrales y también las legumbres.


El Molibdeno, facilita la absorción de hierro y participa en funciones masculinas y procesos de desintoxicación. Participa en numerosas reacciones metabólicas y es útil para quienes padecen la enfermedad de Crohn. Aunque raro, su déficit puede generar problemas metabólicos específicos. En cambio, aunque rara vez es tóxico, su exceso podría causar gota.


Lo podemos encontrar en las legumbres, granos integrales, arroz, nueces y vegetales de hoja y en productos lácteos como leche, yogur y queso, también en la carne de res, pollo y en los huevos


El Cromo regula el azúcar en sangre, refuerza la acción de la insulina y facilita la entrada de glucosa a las células, siendo especialmente importante para personas con diabetes o problemas metabólicos, controla además el apetito, por lo que es un buen apoyo para quienes buscan perder peso. Debemos tener especial cuidado ya que su nivel disminuye con la edad.


El cromo está en alimentos como brócoli, cereales integrales y carnes magras.


El Zinc es un todoterreno, participa en muchas funciones hormonales y nerviosas, fortalece el sistema inmune y es clave para la cicatrización de heridas. Participa en procesos hormonales, la síntesis de ADN, crecimiento, producción de insulina y formación de espermatozoides, y si haces ejercicio regularmente, el zinc puede ayudarte en la recuperación muscular. Además, tiene propiedades antioxidantes que combaten el envejecimiento celular. ¡Un verdadero aliado para mantenernos jóvenes y saludables!


El déficit de este oligoelemento puede debilitar el sistema inmunológico, retrasar el crecimiento y dificultar la cicatrización de heridas. Por el contrario, en exceso puede causar náuseas, vómitos e interferir con el sistema inmunológico.


Podemos encontrarlo en carnes, huevos, pescados y mariscos (en especial las ostras), lácteos, semillas y cereales integrales, en los frutos secos y en las legumbres.


Cuando hablamos de cuidar nuestra garganta, el Bismuto se lleva un lugar especial en la lista de aliados. Este oligoelemento, aunque no tan conocido como otros, destaca por su efectividad en el tratamiento de problemas relacionados con la garganta, ya sea una faringitis, amigdalitis y anginas o incluso una laringitis, este pequeño pero poderoso elemento puede marcar la diferencia. Su uso en la esfera O.R.L. (Otorrinolaringología) es especialmente valorado, y en pediatría resulta ser una opción segura y efectiva.


¿Tienes una garganta irritada o inflamada? El bismuto podría ser justo lo que necesitas.


También es efectivo en los casos de mononucleosis infecciosa, sí, incluso en esta enfermedad viral que puede afectar la garganta, el bismuto tiene un rol importante.


Su capacidad para actuar en procesos inflamatorios hace que sea una opción confiable y práctica para las familias que buscan soluciones efectivas y seguras. ¡Tu garganta te lo agradecerá!


El Magnesio, fundamental para funciones metabólicas y para fortalecer huesos, ideal para combatir el estrés, la fatiga y los problemas de sueño, también fortalece el corazón y el sistema inmunológico además de prevenir los calambres musculares. Lo puedes encontrar en el germen de trigo, las almendras, las nueces, la soja, el chocolate negro y arroz integral. 


El Calcio, esencial para huesos fuertes y dientes saludables, es vital para la formación ósea, la contracción muscular y la transmisión nerviosa, también ayuda a prevenir la hipertensión. Se encuentra en pescados como las sardinas, lácteos, semillas, legumbres, brócoli y frutos secos como las almendras.


El Fósforo, que trabaja junto al calcio para mantener los huesos sanos, actúa también como diurético natural. El fosforo es indispensable durante el crecimiento y para mantener huesos fuertes. Lo podemos encontrar en alimentos como el germen de trigo, la soja germinada, en la carne y el pescado como el salmón, en los frutos secos como el maíz y en el arroz integral.


El Potasio, ayuda a regular el sodio en el cuerpo y contribuye al correcto funcionamiento muscular y nervioso y ayuda a controlar la hipertensión arterial. Su carencia puede provocar fatiga, calambres musculares y arritmias cardíacas. Lo podemos encontrar en los plátanos, verduras verdes y tomates, cereales integrales y legumbres.


El Cobalto mejora el sistema circulatorio, es esencial para la vitamina B12, regula la presión arterial y favorece la fijación de glucosa en los tejidos, previene la osteoartritis y ayuda a combatir la anemia. Lo podemos encontrar en el rábano, la cebolla, la coliflor, las setas y en los crustáceos.


El Manganeso, alivia las alergias mejorando sus síntomas y también juega un papel importante para los huesos y articulaciones y en la reproducción, y participa también en la formación de antioxidantes que protegen nuestras células del daño oxidativo. Su déficit puede ocasionar problemas en el crecimiento y desarrollo óseo. Pero ojo, en altas dosis puede causar toxicidad neurológica con síntomas similares al Parkinson


El manganeso abunda en cereales integrales, nueces y té.


El Níquel favorece el crecimiento, ya que interviene en la formación de células sanguíneas y fortalece las defensas del organismo. Lo podeos encontrar en las espinacas, el cacao, los frutos secos y las legumbres.


El Silicio es esencial para la formación del colágeno, huesos fuertes y tejidos elásticos, por lo que mejora la elasticidad de la piel, además de fortalecer el cabello y las uñas.


Su déficit puede causar uñas quebradizas y pérdida de elasticidad en la piel.


Podemos encontrarlo en los cereales integrales, los espárragos, las cebollas y el rábano.


El Vanadio, aumenta el nivel de glucógeno muscular y apoya los mecanismos controlados por la insulina y previene la caries dental.


Lo podemos encontrar en los huevos, los aceites vegetales, los cereales, la carne bovina y la de ave, el pescado y marisco y las setas entre otras


Aunque no está completamente claro si el Estaño es un mineral esencial, se sabe que participa en funciones bioeléctricas del cuerpo, como los reflejos y la regulación inmunológica. Eso sí, cuidado con los alimentos envasados en latas con estaño, ya que un exceso de estaño puede ser tóxico.


Lo podemos encontrar en las hortalizas, frutas y jugos de frutas, nueces, productos lácteos, carne, pescado, aves y huevos.


El Litio apoya y regula el sistema nervioso, se utiliza para tratar trastornos del sueño, ansiedad y depresión


Lo podemos encontrar en los cereales integrales, las legumbres, las hortalizas, en frutos rojos como moras, fresas, grosellas o frambuesas.


La Plata tiene propiedades antiinfecciosas y antivirales, además de ayudar con problemas de la piel como eccema o acné.


El Oro, aunque no está presente naturalmente en nuestro cuerpo, puede estimular el sistema inmunológico y aliviar el reumatismo.


El Azufre participa en la síntesis de aminoácidos y es útil para desintoxicar el organismo. El azufre es fundamental para la formación de queratina en piel, cabello y uñas, y además, ayuda a eliminar metales pesados como plomo y mercurio del organismo. Lo encontraremos en el ajo, el germen de trigo, el pescado y los huevos.


¿Es necesario tomar suplementos?


Sin embargo, no siempre es tan sencillo obtener todos los oligoelementos necesarios solo a través de la dieta. Factores como malos hábitos alimenticios, estrés, envejecimiento o ciertas condiciones médicas pueden dificultar su absorción o aumentar nuestras necesidades, por lo que, en algunos casos, los suplementos pueden ser una solución práctica para garantizar un aporte adecuado de oligoelementos.


Por ejemplo, las personas con anemia pueden beneficiarse de suplementos de hierro, quienes tienen problemas tiroideos pueden necesitar más yodo; y quienes buscan reforzar su sistema inmunológico podrían considerar añadir zinc o selenio a su rutina diaria.


Eso sí, es importante no automedicarse, ya que un exceso de oligoelementos también puede ser perjudicial para la salud. Por eso siempre es recomendable consultar con un especialista antes de tomar suplementos.


Los oligoelementos son pequeños gigantes en el mundo de los nutrientes. Aunque apenas representan una fracción ínfima del peso corporal humano, sus funciones son imprescindibles para mantenernos vivos y saludables. Desde fortalecer nuestros huesos hasta regular nuestro metabolismo o protegernos del daño celular, estos elementos químicos demuestran que lo pequeño también puede ser poderoso, son verdaderos héroes silenciosos.


Así que ya sabes, presta atención a tu dieta e incluye alimentos ricos en oligoelementos como frutas, verduras, legumbres, frutos secos y pescados. Y si sientes que necesitas un empujón extra o si alguna vez notas síntomas como fatiga constante, caída del cabello o problemas con tu piel, consulta con un especialista para descartar posibles deficiencias y la posibilidad de tomar estos suplementos.


No subestimes el poder de los oligoelementos, aunque sean pequeños en cantidad, su papel en tu salud es enorme. ¡Cuida tu alimentación y dale a tu cuerpo todo lo que necesita para funcionar al 100%!


¡Cuida esos pequeños detalles que marcan una gran diferencia en tu salud!


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