No puedo conseguir una buena pareja

Esta situación le sucede a millones de personas desde tiempos remotos, así que no te desesperes ¡Es así que sucede y punto! En realidad, las relaciones no son fáciles porque si así lo fueran las cosas resultarían un poco sin sentido, mucho peor de lo que piensas.

¿Por qué mis frecuentes fracasos?
Una buena pista del porqué de tus sucesivos fracasos amorosos, puede estar localizada muy cerca de ti si sueles repetir los errores esperando que den resultados diferentes. En este caso, debes desistir, ya que allí ahí es donde reside el consiguiente fracaso de tus relaciones.

Dale una analizada a todos los perfiles de tus novios, ver si no son parecidos en los hábitos, en los mismos patrones de los que tanto reclamas. Los seres humanos tenemos una increíble tendencia a repetir indefinidamente nuestros errores, y así en lugar de facilitar nuestras vidas parece que colocamos un montón de piedras y obstáculos ante el éxito y el estado de satisfacción personal.

Haz una revisión completa de tus candidatos
Lo bueno que puedes hacer, aunque compleja y a veces demorado, es comenzar por una revisión completa de tu forma de elección, en tu modo de selección de los probables socios. Al elaborar un "menú" muy sofisticado, lleno de exigencias para ti misma y para tu futuro compañero, toda esa simplicidad que hace místicos los momentos de romance y placer, queda reprimida a los envases que tú misma has rotulado.

Simplifica las cosas, a veces un poquito de soledad es muy apropiada, cae muy bien. Sabes que aquel vacío que da cuando sentimos que estamos solos es lo peor, pero en ese mismo instante podemos ver que la simplicidad, aliada a la humildad puede aperturar de nuevos campos de visión para que puedas vislumbrar cuáles son los caminos que serán más convenientes para hacerte más feliz.

Pero recuerda: nada en exceso, comienza por ti misma, no te culpes tanto ya que esto no funciona. Continúa tu viaje sin choques, nada de pánico sólo porque estás sola, los días que pasan por sí solos serán recompensados por momentos mágicos en compañía de una persona especial, sin que para ello haya hechos cualquier exigencia.